TicTic Emperatriz

La tecnología ha cambiado nuestros hábitos, nos levantamos y consultamos el móvil, pagamos, nos informamos y relacionamos, ya sin él ni salimos de casa. Simultáneamente va influyendo en nuestra forma de actuar/pensar, con su sistema de recomendación/encasillamiento, reafirmando nuestras convicciones y contraargumentando las contrarias, polarizándonos. La omnipotencia de las Big Tech ya silencia hasta a un presidente de los EE UU, le suspende su perfil en Twitter, Facebook y YouTube; le quita su influencia por medio de Google, Apple y Amazon. Ante esto cabe preguntarse si han intervenido en elecciones pasadas, o pueden influir en la configuración de nuestros futuros gobiernos. Si ese dominio puede caer en otras manos/mentes, y si sería reversible. Si podrán (y pudieron y no hicieron) emplear esa influencia en la desaparición de la pornografía infantil y pederastia, de la trata de seres humanos, redes de droga, tráfico de armas... en censurar a los antivacunas, o a los que piensan... ¡ups!... ¿De una determinada manera?, y así llevarnos a un pensamiento social dirigido, entre las recomendaciones y la censura... y todo ello con nuestra ayuda, desde los móviles de nuestros bolsillos.