Tan nuevo pero tan normal

Uno se pregunta por qué le llaman “nueva normalidad” si este verano es de todo menos normal. Nuestras playas y ciudades ya no tienen turistas de chanclas con calcetines y bronceado gamba; nosotros no podemos hacer las celebraciones familiares tan nuestras, ni las reuniones de amigos, ni comentar en la barra del chiringuito, ni ir al fútbol; vamos con mascarilla, excepto ciertos listillos merecedores de bozal; besos, abrazos, palmadas en la espalda, nada de nada; Pero si uno reflexiona... ¡gran elección lo de “nueva normalidad! Lo normal: corrupción y cajas B; lo nuevo: los bolsillos que se llenan. Lo normal: la oposición en el “no es no”; lo nuevo: los partidos que nada aportan. Lo normal: aumenta el número de compatriotas que no pueden trabajar; lo nuevo: les llamamos ERTE y se subsidia de otra manera. Lo normal: con la que está cayendo el presidente de ostentosas vacaciones; lo nuevo: el palacio y los inquilinos. Lo normal: las televisiones adoctrinan; lo nuevo: el color; y en breve tendremos la vuelta al cole, y llegarán los contagios, las muertes, nos quedaremos últimos en comprar vacunas en el mercado internacional y volveremos al confinamiento... todo tan normal y a la vez tan nuevo.