Sorber y soplar

    04 jul 2020 / 10:46 H.
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    Ala espera de lo que no sabemos cómo puede salir, entramos a los soles de julio combatiendo temores con la necesidad. Desconocido para nuestra memoria que el pan de hoy siempre es una navaja de doble filo, no queda otra que echarle valor, prudencia, mascarilla y, guardando la distancia, abrir las playas, los chiringuitos y avivar de paso las ascuas de los espetos. Tiritando están hoteleros y derivados de la industria del turismo, también los feriantes, los titiriteros y los que llenan de canciones las verbenas de los pueblos. Aún después de la apertura de fronteras y aeropuertos, sigue subiendo el paro, los ERTE, los despidos y la prima de riesgo. La incertidumbre cierra la persiana en las últimas horas de estos primeros días de julio. Sobra decir cuantos se han ido sin ver llegar a este verano porque nunca antes el calor tuvo en este mes tan poca importancia. Viendo el panorama que nos rodea arde menos el sol, que lo que se está cociendo aquí abajo. Si la covid ha dejado en pelotas al mundo entero sin terminar de decir hola en su primera visita, mantengamos pues la esperanza de que para otoño se haya ido.

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