Sombras
chinescas

    10 dic 2020 / 12:15 H.
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    Las medidas restrictivas para estas fechas parecen alterar el orden de algunos factores en un producto, la Navidad, que da más estabilidad a los adultos que a los niños. En realidad, la fascinación por la vida en la infancia tiene poco que ver con límites o restricciones. Más bien con la facultad de penetrar en la naturaleza de cada fenómeno como si tuvieras rayos x en los ojos. Y mira que yo entiendo de eso... de niña recibí tanta radiación que es un milagro que aún esté viva. Cuando mis padres salían, mis hermanos y yo aprovechábamos para acceder al mundo prohibido de la consulta de mi padre. Tras bajar la persiana y encender el aparato de rayos X, aquella pantalla nos mostraba un teatro de sombras chinescas formado por los huesos y órganos de nuestros cuerpos radiactivos. Pero es que los niños necesitan poco para crear magia; apenas un espacio donde compartir la abundancia que les desborda, un lugar donde jugar. Los adultos también puede compartir, pero menos... Esta noche, en la estación de autobuses de Úbeda había unas 20 personas durmiendo tiradas en el suelo a -3 grados. Quizá por eso los niños se ríen una media de 600 veces al día, mientras que los adultos lo hacen solo cinco veces.

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