Sociedad enferma

    31 jul 2022 / 16:24 H.
    Ver comentarios

    Ella con dieciocho años, ellos dos policías. Una violación y ya está. Pasa el tiempo y la víctima tiene que sufrir el desgaste psicológico de una sociedad enferma que sigue pensando que las violaciones son algo así como: “Cucha la tía, ahora se arrepiente y le quiere arruinar la vida a los dos”. Es que esto es lo de siempre... Falta educación, falta empatía, faltan valores en una sociedad que, sin darnos cuenta, sigue cosificando el cuerpo de la mujer, juzgando a la mujer, jugando con la mujer y ninguneando a la mujer. Cuando pasa el tiempo, interminable tiempo, llega el juicio y ¡sorpresa!, la víctima finalmente tiene que pactar y “beneficiar” a dos violadores para no tener que pasar por la tortura de la revictimización, volver a declarar lo que en su día ya quedó demostrado y demostrar que su vida es una puta mierda, porque, claro, si continúas con tu vida es que no te violaron, porque las mujeres, cuando sufrimos cualquier tipo de violencia contra nuestros cuerpos o nuestras cabezas no podemos rehacer nuestras vidas, porque entonces es que nos lo hemos inventado. Y esta sociedad enferma heteropatriarcal, en lugar de pensar en la situación tan asquerosa que debe tener esta mujer para tener que pactar y no volver a la tortura de revivir el momento, pues la juzga: “Ahora se retracta”; “ya les jodió la vida a los dos muchachos y ahora no quiere declarar”; “no sería violación cuando no ha ido”; “desde que le pasó aquello ha estado con otros tíos”; “ahora que la juzgen a ella por mentirosa”... (todo esto son comentarios leídos en redes sociales, no me estoy inventando nada). Y es que la mujer siempre tiene la culpa. Nos violan porque vamos en chándal provocando; nos pegan y somos unas locas porque no nos vamos de casa; nos matan y somos idiotas porque a la primera tendríamos que habernos ido... Pero nadie se pregunta por qué no nos vamos, nadie se cuestiona que las órdenes de alejamiento son una falsa, nadie comprende que si nos ponemos un escote es porque nos gusta y no para que al baboso de turno le de autorización a arrancarme las bragas y hacer conmigo lo que quiera. Ante esto, no puedo decir nada más que sigo sintiendo una profunda vergüenza hacia una sociedad en la que mi hijo tendrá que vivir, a quien educo en valores de igualdad real y a quien desgraciadamente la sociedad le está diciendo, mediante actos y distintos medios, que son unos valores de mierda, porque la igualdad es cosa de locas, que la búsqueda de la igualdad va en contra del hombre. Odio cuando me dicen que la igualdad es real desde hace muchísimo tiempo, pero que las feministas somos locas que queremos simplemente cortar penes. Me repugna ver cómo la sociedad sigue viendo a la mujer como el objeto de pecado, me avergüenza ser parte de esta sociedad.

    Articulistas