Sin comedor y punto

    28 oct 2019 / 09:45 H.
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    Una vez más Jaén está en los medios de comunicación por la forma de gestionar los medios de los distintos gobiernos. Una vez más Jaén es humillada por la mala gestión de los políticos y políticas de turno. Una vez más, una vez más... Pero esta vez los perjudicados en primera persona son los niños y las niñas usuarios habitualesde los 37 comedores escolares. Por detrás hay una extraña maniobra de la empresa concesionaria o de la Delegación de Educación, a mí no me queda nada claro de quién es la culpa. Lo que sí me queda claro, clarinete, es que desde el ente dependiente de la Junta de Andalucía la gestión realizada es de la España de “la pandereta”.

    37 comedores escolares cierran sus puertas, dejando a casi 2000 menores sin poder comer a una hora “decente”, porque la conciliación familiar resulta imposible. Las familias se desesperan y empiezan a tirar de vecinos y vecinas, familiares o mil y una estrategias para poder atender a sus criaturas a la salida del colegio.

    Es intolerable que estos niños y estas niñas no puedan hacer uso de este servicio porque no se ha sabido gestionar. Así de simple. Me da igual si la empresa lo anunció en abril o en septiembre o el día de antes... porque desde Delegación se ha tomado una medida absolutamente pésima. Tras una semana de tregua donde se iba a buscar una solución, esta ha llegado en forma de “guardaniños y guardaniñas”, es decir, la contratación de otra empresa para que se haga cargo de los y las escolares hasta que sus familias puedan ir a recogerlos, pero, eso sí, si quieren comer a su hora que se lleven un bocadillo, aunque nadie sabrá si se lo come o no... Y todo esto, como mínimo, para dos meses. Porque la ciudadanía sobrevalora comer caliente, porque es muy sano comer bocadillos durante dos meses (como mínimo)... Y todo esto sin contar con las familias, porque se ha informado solo, repito, solo, a las directivas de los centros educativos.

    Qué mala gestión y qué mala solución se ha dado desde la Delegación junto con al APAE. No lo entiendo. Ha quedado muy claro que la descendencia de nuestros políticos (en masculino, porque solo han dado la cara hombres) no acude a este tipo de centros.

    Y yo me pregunto si esto sucedería si el comedor de un centro educativo público fuera realmente gestionado como servicio público y no como una concesión a una empresa privada. Me temo que la nueva licitación estará ligada a una empresa privada, y hasta me atrevo a aventurar que dicha empresa sea de esas que Imbroda tiene bajo su amparo. Y, ahora que lo pienso, dado que el señor Imbroda controla mucho de baloncesto y poco de Educación, quizás la idea sea poner a correr y hacer flexiones a los y las discentes antes y después de comer.

    Jaén no puede esperar dos meses para que se produzca una concesión a otra empresa privada, porque en unos días empezamos la campaña de la aceituna, y la mujer rural depende de esto. La conciliación en muchísimas zonas de nuestra provincia en temporada de recogida de aceituna depende de los comedores escolares.

    ¿Es un ataque a la educación pública, a las zonas rurales? No sé cómo catalogar esto. El viernes Imbroda estuvo en Jaén y no tuvo una sola contestación a las familias. Sí, las “escuchó” en la calle, pero no calló, toreó las preguntas y punto pelota de baloncesto. Las familias dijeron: “Esto es más importante que un bache en la carretera”, y este señor, haciendo alarde de su falta de empatía y de compromiso con la escuela público, solo acertó a decir: “¿Y eso qué tiene que ver?”. Quizás las familias fueron demasiado educadas, quizás este señor no tenga ni idea del lugar que ocupa dentro de la Consejería, quizás no nos demos cuenta que poner a otra empresa privada ahí sea solo otra tirita de mierda para camuflar la privatización de los servicios.

    La única forma válida de dar continuidad y calidad al servicio de comedor en todos y cada uno de los centros escolares es volver a la cocina in situ, y revertir este servicio a lo público. Nuestros hijos y nuestras hijas no son culpables de la mierda de Gobierno que tenemos, ellos y ellas se merecen un trato justo y un servicio público de calidad.

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