Sin alfombras
rojas

Hay profesionales que lo están dando todo en estos días grises que vivimos: sanitarios, personal de limpieza, fuerzas de seguridad, dependientes... Son nuestros nuevos héroes, los que nos curan, nos aprovisionan, nos protegen. Los aplaudimos cada día, les mostramos nuestro cariño a través de mensajes en las redes sociales y nos indignamos cuando vemos que carecen de los equipos de protección mínimos. Estoy de acuerdo con estos homenajes, es más, me gustaría que, cuando la pesadilla termine, los apoyemos para que consigan unas mejores condiciones laborales y mantengamos nuestra admiración hacia ellos. Sin embargo, no me parece bien que para enaltecerlos sea necesario denigrar otras profesiones como pueden ser las de los artistas, y eso es lo que he visto en una cadena que circula por Facebook. Gracias a las personas que se dedican a la cultura, el peso de nuestro confinamiento se hace más liviano. Los libros, la música, las películas, las series, las obras de teatro, los cuentos para los más pequeños nos permiten seguir siendo seres humanos y no fieras enjauladas. Y muchos de estos profesionales lo están pasando muy mal, porque no todos son millonarios ni pasean por alfombras roja.