Siervos de la infamia

    05 nov 2022 / 16:00 H.
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    Últimamente estamos asistiendo como testigos y perjudicados al extremismo político más conservador y antidemocrático de nuestra historia reciente. Con un descaro nunca antes exhibido y una falta de educación más cerca del gamberrismo criminal que de la conducta serena y respetuosa que debe imperar en las personas con un mínimo de vergüenza, la gente de la oposición con el partido popular como ariete lleva desde el minuto uno de la actual legislatura desvirtuando nuestra democracia porque aún no reconoce como legítimo el gobierno de Sánchez. De la mano de esta derecha extremista que opta a gobernar España, anda también a la deriva el poder judicial que ya sin pudor alguno grita a los vientos cuáles son sus preferencias y enseña su dentadura para morder si es necesario a la mismísima Constitución. Pero esta muestra de antipatía, odio y desobediencia tan natural por estas tierras de pipiolos democráticos resulta que no es exclusividad ibérica: la fiebre conservadora populista que aunque se les sequen los olivos niega el cambio climático y adora hasta lo imposible el lujo que impone su libertad, es hoy en día una pandemia que ni las urnas pueden curar.

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