Si siembras, recoges

Veo la entrevista que en televisión le están haciendo a un chico joven, dueño de un supermercado. Cuenta que va a tener que cerrarlo porque las pérdidas por los robos que sufre superan los cuarenta y siete mil euros anuales. A continuación, aparece la imagen de un niño llenando un macuto de chucherías. Lo verdaderamente triste no es el hurto del niño, porque quizás ni sea consciente de ello, sino que el padre está vigilando que no venga nadie por los pasillos. Díganme qué se puede esperar en un futuro, habiendo sembrado la semilla del si quiero, lo cojo. Pues que haya gente honrada trabajando para tropecientos pillos sin escrúpulos. Educar en valores en este momento es muy difícil, puesto que estamos rodeados de malos modelos. Educar es un trabajo constante y laborioso, pero que merece mucho la pena. Es por eso que la familia y los centros educativos deben aunar esfuerzos para obtener los mejores resultados: personas rentables en la sociedad de la que van a formar parte. Si se tira la toalla, luego no hay forma de recuperar el tiempo perdido. Nada de lamentos inútiles. El futuro está aquí y ahora. Nada hay más rentable que una buena educación y eso consiste en sembrar buenas semillas.