San Valentín triste

    14 feb 2021 / 17:56 H.
    Ver comentarios

    Eso de amar en tiempos revueltos debe tener preocupado y triste a San Valentín en este domingo de desamores y desencuentros. Tiempo ha que los catalanes dejaron de amarse entre sí y muchos de ellos quieren divorciarse tras siglos de matrimonio con la España que, dicen, les roba. Hoy pelean en las urnas pero seguro que habrá boda de intereses cuando los resultados dejen sobre el tapete el jeroglífico de las posibles combinaciones. Parece que muchos no acudirán al banquete y otros muchos de pronto han decidido no presidir la mesa bien porque los esponsales no le agradan o porque el virus aconseja prudencia. El virus al fin se convierte en una especie de cizaña que se cuela hasta en esos hogares en los que reinaba la paz porque los matrimonios telediscutían por teléfono o por el “guasap” y ahora como teletrabajan o se confinan bajo el mismo techo el hartazgo de la situación provoca rencillas y discusiones por la reducción de los espacios de libertad que tanto se precisan. Lo de las elecciones catalanas ha sido inoportuno como inoportuno ha sido el dedazo de la ministra Calvo arrimando el ascua a su Mezquita y divorciándose de la provincia que más votos aporta a su partido. El régimen cambió hace más de cuatro décadas pero los modos dictatoriales permanecen. Pobre San Valentín.

    Articulistas