Ruptura en las tradiciones

    14 oct 2020 / 16:21 H.
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    No es mi estilo dar cobijo a desgracias, ni a noticias adversas. La vida hay que afrontarla conforme viene, sin entretenerse demasiado en el por qué de las cosas,
    ni recrearse, excesivamente, en lamerse las heridas. A los infortunios hay que
    dedicarle, solo, el tiempo justo. Y después, a tirar hacia adelante, haciendo frente a las nuevas circunstancias.
    Pero siento que, esta extraña situación creada por la pandemia sanitaria, algo
    se está resquebrajando en mi fuero interno, que, hasta el momento, se mostraba incólume. Entramos en una época
    del año en la que son abundantes las
    festividades y celebraciones. Tanto
    sociales, como familiares. Y, en circunstancias normales, ese contacto lúdico con nuestros amigos, compañeros y
    familia, nos nutría de la suficiente energía para seguir tirando hasta que llegara el próximo evento señalado en el
    calendario. Pero el escenario ha cambiado. Hace un año, por estas fechas, nos encontrábamos arremolinados en las
    casetas de la Feria de San Lucas, disfrutando de la algarabía, estrechando lazos y tratando de cuadrar fechas para poder acudir a todos los festejos previstos, o hasta que el cuerpo aguantara. Pero este año, el panorama
    es bien distinto. Nadie en su sano juicio habría sido capaz de predecir semejante situación. Dentro de unos días llegará otra festividad tradicional. El día de los Santos o halloween para otros muchos.
    Y volveremos a hacer, de tripas
    corazón, para no caer en la melancolía. Pero si hay una fecha a la que temo
    que llegue este año, es al mes de diciembre. Desde que empieza, hasta que
    acaba este mes, está plagado de festividades de carácter muy especial. A las celebraciones navideñas propias de la familia y de reencuentros de amistades que llegan a Jaén por vacaciones, en mi caso, además, se nos añade fechas de aniversarios, cumpleaños y onomásticas. Llegado el momento, nos acordaremos del espectáculo de luces y sonido que adornaba, el año pasado, la calle Roldán y Marín, y de la cabalgata de los Reyes Magos.

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