Recesión

    11 jul 2022 / 16:00 H.
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    El panorama económico que se presenta en estos momentos es muy preocupante, ya que todo apunta a que asistiremos a un escenario en el que habremos de soportar una alta inflación, subidas de tipos de interés, estancamiento económico e, incluso, recesión —tasas negativas en la evolución del PIB—. Sí, los ciudadanos no pueden tener otro sentimiento que el de alarma cuando en la prensa especializada en temas económicos encuentran, entre otros, estos titulares: “España se asoma al abismo de la estanflación”, “El Banco Central Europeo abre la puerta a una recesión en 2023 si los precios siguen desbocados”, “Las economías desarrolladas se frenan en seco por la guerra”, “La inflación en la Eurozona se enquista y eleva el temor a un frenazo en seco”, “La balanza comercial alemana entra en déficit por primera vez en 31 años”, “Los economista ven ya más cerca una recesión en EE UU y en Europa”, etcétera. En fin, un futuro poco menos que apocalíptico en el terreno económico.

    Desgraciadamente es rigurosamente cierto que la economía europea, la estadounidense y la global se enfrentan a una situación en la que convivirán la inflación y el estancamiento económico, es decir, que podríamos estar de manera inminente en un escenario de “estanflación”. En efecto, todo parece indicar que vamos a soportar altas tasas de inflación en un periodo con elevados niveles de desempleo y, todo ello, con una economía estancada, ya que en la medida en que los elementos tendenciales que presionan al alza sobre los costes son poderosos, puede producirse una recesión económica conviviendo con una elevada inflación.

    En España el consumo se desploma por el elevado nivel de los precios, las previsiones de crecimiento se revisan continuamente a la baja, el miedo a la recesión provoca el desplome de los mercados bursátiles: El IBEX-35 (índice bursátil español) pierde el nivel de los 8.000 puntos, a 30 de junio el Euro Stoxx 50 (índice europeo) acumulaba una pérdida anual del 19,62 por 100 y el DAX alemán una caída del 19,52; las empresas ven como se reduce su cartera de pedidos, los concursos de acreedores se multiplican, etcétera. Incluso, la siempre “optimista” y bien informada Ministra de Economía, Nadia Calviño, afirmaba en días pasados, ante el Consejo Asesor de Economía, que “vienen trimestres complejos de alta inflación” y que “es necesario alcanzar un pacto de rentas ante la actual situación”. No cabe otra afirmación cuando el IPC ha alcanzado en junio una tasa de crecimiento del 10,2 por 100 y, lo que es aún peor, que la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), es decir, la que tiene carácter estructural y duradero, se ha situado en el 5,5 por 100. En la Eurozona la situación no es mucho mejor, ya que la inflación llegó al 8,6 por 100 en junio.

    Por lo que se refiere al crecimiento económico, la OCDE prevé que Japón crecerá un 1,7 por 100 en 2022, Alemania el 1,9; Francia el 2,4 o EEUU el 2,5 por 100. Previsiones que, sin lugar a dudas, serán revisadas a la baja durante los próximos meses. Por lo que a la inflación se refiere, este organismo espera tasas en 2022 del 7,2 por 100 en Alemania, del 9,2 en Holanda, del 8,1 en España, del 60,1 en Argentina o del 72,0 en Turquía. En suma, alta inflación en todo el mundo y un claro proceso de estancamiento que podrá desembocar en una recesión económica.

    Ante este panorama: ¿Nos quedamos a verlas venir?, ¿Nos conformamos con dar subvenciones compensatorias a las clases más desfavorecidas? Mi respuesta es no, ya que hay que afrontar el problema como se suele decir “cogiendo al toro por los cuernos”. En el ámbito nacional se ha de hacer un pacto de rentas, que significa moderación en las subidas salariales en estos momentos, acordando la recuperación del poder adquisitivo perdido a lo largo de los próximos años, así como moderación en el incremento de precios y de beneficios de las empresas. Ahora bien, a nivel global la única receta es “Parar la Guerra en Ucrania”. Me asusta, me aterra la escalada belicista que se respira en estos momentos, ya que así no evitaremos la recesión económica.

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