Quinoterapia

    03 oct 2020 / 12:52 H.
    Ver comentarios

    Venía con la columna en la cabeza. Al llegar a la casa, mi compañera me dice que ha muerto Quino y me pone delante su “Todo Mafalda”. Así que adiós a los mecanismos de distracción, adiós a la Monarquía, adiós a Cataluña y adiós con dios. Comienza el tomo con unas palabras de Gabriel García Márquez sobre el mundo de los niños: “Lo malo para el mundo es que a medida que crecen van perdiendo el uso de la razón, se les olvida en la escuela lo que aprendieron al nacer, se casan sin amor, trabajan por dinero, se cepillan los dientes, se cortan las uñas, y al final (convertidos en adultos miserables) no se ahogan en un vaso de agua sino en un plato de sopa”. El universo de Quino en el que hemos crecido, con Mafalda, su padre, su madre, Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Guille, no puede estar más de actualidad en este periodo torticero donde ante el binomio economía-salud, la segunda se cae por su propio peso. “¡Pst! El país está esperando, ¿le digo que se siente o qué?” y apostillaba Mafalda: “¿Así que volverán las oscuras golondrinas? ¡Estaba informado el Bécquer ese!” y le respondía Miguelito: “Así es la cosa, del Beatle caído todos sacan pelo”.

    Articulistas