Qué gran alegría, qué gran tristeza

María Jesús Ruiz, exmiss España 2004 y exmodelo se gana la vida de ‘reality show’ en ‘reality show’ >> Cada cual que haga con su vida lo que le plazca, quien no quiera ser juzgado que no juzgue, pero verla llorar tanto... >> ¡¡¡Ha ganado 100.000 euros!!!

14 abr 2019 / 11:15 H.

Ha ganado la iliturgitana María Jesús Ruiz el programa de televisión Gran Hermano Dúo, de Telecinco, y nos embarga la alegría porque una paisana de Andújar (no diré guapa y salerosa porque suena a micromachismo) se ha embolsado 100.000 euros que no es cantidad ni pequeña ni grande si no una auténtica barbaridad para el común de los mortales. Ha ganado y lo ha hecho frente a Kiko Rivera, respaldado por todo el clan Pantoja y, sorpresivamente, frente al deseo de Telecinco, que hizo todo lo posible en la gala final para que la modelo no saliese triunfante de esa casa en la que han estado encerrados durante tres meses personajes de la talla de Antonio Tejado, Carolina Sobe, Ylenia, Alejandro Albalá o Juan Miguel (ex de Karina). Qué gran alegría su triunfo, qué gran tristeza su llanto continuo, llegaba a helar el alma tanta lágrima.

María Jesús Ruiz conquistó España en 2004, cuando fue coronada reina de la belleza en un concurso ya en desuso y denostado (no diré que se lo merecía porque puede sonar a micromachismo aderezado con paisanaje) y desde entonces su vida ha sido un carrusel de tropezones con el corazón como protagonista mediático y la fe certera en que la vida se puede vivir vendiendo hasta tus entrañas. Una y otra vez, a cuentas de un desaire, otras por una mala racha económica, mismamente porque has roto, vuelves y de nuevo vuelves a romper con tu ex... Cada cual que haga con su vida lo que le plazca, mayores somos (no diré mujeres y hombres a la par, porque, apostillando, suena a micromachismo) y quien no quiera que lo juzguen no debe juzgar. Con todo, la interpretación de la (buscada y asumida) angustiosa realidad vivida con ella en la tele, entre suspiros entrecortados y jipíos de desesperanza, provocaban un dolor ajeno que muchos no interpretamos necesario, aunque sea lo que venda, mismamente porque lo dicta la audiencia. Con la televisión basura consumimos basura y no tiene nada que ver con el periodismo veneno, pero empequeñece tanto la condición humana, en hombres y en mujeres, en mujeres y en hombres, que dan ganas de gritar: ¡Tenemos lo que nos merecemos!