Próspero año nuevo

    26 abr 2020 / 11:06 H.
    Ver comentarios

    Quisiera ser lo más vital y optimista que ante esta situación se pueda ser. Es difícil, muy complicado, porque todos, absolutamente todos, enfrentados a esta oscuridad corrosiva y tóxica, tenemos algunas caídas al abismo, pero también nuestras resurrecciones que nos hacen más valiosos ante nosotros mismos y los demás. Las enseñanzas positivas que podamos extraer de esta confusión deberían quedar impresas en el patrón de nuestros corazones, creo que son muchas más que las nefastas, turbias o interesadas. Los miedos y las impotencias que siempre hemos tenido en estado latente, se han evidenciado ahora de una forma caótica, pero también han aflorado los sentimientos y las grandezas que nos han hecho ser humanos para bien o para regular nuestras incoherencias. Parece ser que todo lo tapábamos bajo un velo muy frágil de rutinas y cotidianidad supuestamente inalterables y sólidas como los cimientos de un paraíso perfecto, pero estamos constatando que tampoco somos tan maravillosos como creíamos, o quisiéramos ser. Un parón a tiempo para descansar y reconocernos ante muchos sudores y fatigas inútiles, nos permitirá ir andando y paseando a muchos sitios que antes no conocíamos. De alguna forma, nos estamos obligando a reflexionar sobres nuestros mayores, y pensar con mucho más cariño, si puede ser, en esos locos bajitos que son nuestros niños. Estamos viendo en nuestros espejos, que somos todos necesarios, y que cada cual aporta su esfuerzo para que esto siga funcionando lo mejor que se pueda: hombres y mujeres de campo, sanitarios, autónomos, científicos, profesores, periodistas, artistas, funcionarios, empresarios, políticos; y así infinitamente hasta llegar a cualquier hombre y mujer que te desea los buenos días. Ya sabemos, que no estamos en un país multicolor y deliciosamente distinto como decía la canción de los dibujos animados de la abeja Maya, tampoco vamos a tener un verano azul, pero también sabemos por nobleza y valor interior, que ni a Jaén, ni a este país, ni a este mundo, los van a ensuciar, todos los príncipes de las tinieblas que andan sueltos por ahí, porque tarde o temprano ellos mismos se ahogan en su propia mierda. Me sirve de bálsamo y oxígeno , comprobar como mucha gente de Jaén y su provincia, van exponiendo en las redes sociales, los rincones más bonicos de sus pueblos y ciudades, sus guisos, la singularidad magnífica de sus monumentos, sus costumbres y sus avatares, ante tantas bazofias improductivas , urticantes y malsanas que se cuelan para nuestros pesar y extrañamiento. Bueno, y ahora aprovechando que todas las festividades se están alterando en los calendarios establecidos, quiero desearles una feliz navidad, y paz a los hombres de buena voluntad. Ahora me bajo del púlpito, que ya está bien, voy a ver si puedo darme un beso con mascarilla.

    Articulistas