Pío Rómulo Zelaya, poeta

    02 jun 2021 / 13:54 H.
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    Lloramos la muerte reciente de poetas, Margarit, Caballero Bonald, Francisco Brines, pero la poesía es inmortal, a pesar de la condenación de Platón. La filosofía es arte de conceptos y razones; la poesía basa su unidad y conciencia en metáforas que la alejan de la realidad a la que pertenece. El poeta saca a la nada de la propia nada; la poesía es pureza imaginaria, voz de melancolía y amor, delirio de palabras. En días prosaicos, Pío Rómulo Zelaya, hacedor de poesías, nos ha sorprendido con un magnífico libro de poemas, “La mujer de Elliot” (editado por Círculo Rojo). Sus poemas suscriben la teoría de los tres órdenes de J. Lacan, al que cita en la dedicatoria: lo imaginario —“cuánta poesía me llega del viento”—, lo simbólico —“los ángeles ahora/sueltan el tren de aterrizaje/para tocar tierra”— y lo real —“en tus labios de versos”—. Leticia, profesora de Literatura, considera que estos poemas son de corte moderno, en cuanto al ritmo y la composición, sin alejarse de la evocación rapsodiana a las musas inspiradoras. Hay mucho “poso de lectura”, intertextualidades con otros poetas, coherencia en la combinación. También Angustias comparte la convicción de la musa es la que elige al poeta, la que “no permitirá verse en el camino equivocado”, la que velará para conseguir “el mejor verso”. Sí, la musa hará pasear la poesía bajo la lluvia y otorgará nombre a la mujer amada para llenar mundos, tener ciudades, soñar versos. El poeta compone, el poeta ama, el poeta siente, no como un acto movido por su egoísmo personal, sino por el mero placer de la evocación de emociones: “muchos minutos ante tus ojos/sigo siendo poeta”. Este poemario tiene una extraordinaria calidad literaria. Se trata de una obra intimista, rebosante de humanismo y sensualidad. Poesía con vida propia, más allá del poeta. Decía María Zambrano que la poesía se aferra más al instante que la filosofía. La creación poética es un proceso que te invade, te apasiona, te atrapa, te resucita, incluso en momentos en que te encuentras perdido o vas a la deriva. Pío Rómulo Zelaya “... siempre andarás por caminos...” poéticos y existencialmente comprometidos.

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