¡Pastores venid!

Pastores venid, pastores llegad, que el Rey de los cielos ha nacido ya!” En las noches navideñas cantábamos en familia los villancicos que nuestra madre sabía de memoria. En los pueblos y sierras de Jaén aún vemos algunos pastores con decenas de ovejas. Quedan algunas cabañas en las sierras y dehesas, donde se conservan ganaderías de toros. En las granjas, aves y cerdos para consumo diario. Cambiaron las campiñas y vegas de cereales y pastos por olivares intensivos; sin forrajes disponibles arruinaron las ganaderías ovinas y otras. Urbanistas de caviar, convertidos en políticos ecologistas y animalistas, dictan leyes que explotan a los ganaderos y agricultores, exigiéndoles muchísimo, pero todo ventajas a los importadores de terceros países. ¡No llegan ayudas por los daños del incesante volcán de La Palma ni trasvases de agua para las provincias secas desde el Ebro y otras cuencas de la España húmeda; el Plan Hidrológico Nacional, papel mojado. “Por la sierra bajan los pastores, que es una alegría el verlos bajar; con trompetas, pitos y tambores, a adorar al Niño, que ha nacido ya”. ¡Justos propósitos de enmienda para este año 2022!