¿Paro o desgana?

Cada vez son más los sectores que requieren mano de obra cualificada, incluso ofrecen formación, encontrando la callada por respuesta. Existen dos perspectivas. La parte contratante, que exige unos horarios, requisitos, entrega y empatía con la empresa, y la del ¿contratado?, que en ocasiones reclama vacaciones, salario por encima de lo estipulado y días libres nada más llegar. Mucho paro y mucha falta de trabajadores. Algo falla. El origen de esta situación es tan complejo como son la educación, el catalanismo o la inmigración no regulada; debate de horas de barra o tertulias pisando voces. Uno, que ha currado desde los 14, en negro, en blanco y negro, en beta, en blue ray y en 8K, es de la opinión de que primero se reza y luego se pide. No he cobrado el paro en mi vida, he limpiado cristales, hecho mudanzas, servido en bares y alistado como militar profesional. El hambre y la ambición aprietan. Y el sentido del deber. Creo en las coberturas personales de los necesitados, pero siento mucha injusticia cuando, dando empleo a varias personas y trabajando 12/14 horas para sacar mi negocio y casa adelante, veo como otros tienen como función pasear el carro de la compra o vaciar varias latas de cerveza al sol. De lunes a lunes. Habría que analizar quién es el “necesitado”, ¿no creen?