Otro Mesías en Madrid

En esta democracia nuestra, que está tan supeditada a los partidos políticos es normal que el mundo cainita, falsario y de prebendas esté a la orden del día. No es sólo una cuestión de corrupción, sino que cuando políticos pasan a ejercer un cargo público, con frecuencia se distancian de la realidad, incluso que se anestesian de la mentira, y al final no entienden que un familiar por el hecho de serlo no merece ese dinero público que administran, ni un puesto entre los amigos del consejo de dirección de tal banco o tal cual eléctrica. En el PP, partido extraño y complejo, que es un modelo del liberalismo al máximo nivel, incluso con lo suyo, han elegido otro gallego para que les salve de una muerte anunciada, nadie tiene claro de donde viene, las fotos y los encuentros con gente de mal vivir, su discurso de venta de saldo de la sanidad, la educación y los medios de comunicación, y lo que es peor, con una cartera de nuevos amigos, todos aquellos que pedían su llegada mientras arrastraban la cabeza del que le antecede; y que no les importa otra cosa que el poder a cualquier precio. Con este panorama, con la economía rota y los pactos sociales absolutamente debilitados, lo que nos faltaba a las puertas de la Semana Santa sevillana: otro mesías más entronizado.