Otra aberración urbanística

    17 jun 2020 / 18:12 H.
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    Hubo un Jaén identitario de la retina del pasado en cuyo presente se va cegando del imaginario de su gente. Siguiendo la estela de la demolición del Teatro Cervantes y la construcción del Gran Eje. Durante los últimos cuarenta años. Con las mayorías municipales del PSOE y del PP, así como sus pactos o alianzas. En la ciudad de Jaén se ha destruido un considerable número de edificios y espacios singulares, todos ellos víctimas de la piqueta especuladora que desde la sombra es dirigida por el perpetuado poder, el económico. La demolición de los cines como Asuán, Lis Palace, Darymelia, Rosales... El cambio de fisonomía de las plazas de la ciudad como la de las Palmeras, Libertad, Pastiras, Dean Mazas. Destrucción de espacios como el campo de fútbol de La Victoria. Derribamiento del edificio de la Escuela de Peritos. Espacios recogidos en los distintos PGOU como sistemas generales, dotacionales. Todos ellos protegidos, según las normas urbanísticas, intocables. Tanto los enumerados, como el Yacimiento Arqueológico Marroquíes Bajos, son ya meros ejemplos que con la indiferencia del momento pertenecen al recuerdo de muchos ciudadanos que, conformes a las almohadas de la pasividad, no supieron hacer valer ni defender el más rico patrimonio urbano de la ciudad que pródigamente los acoge. Y no hay hartazgo para los unos, ni perdón para los otros. Ya que, si no sale una reacción ciudadana extensiva, hoy día, Jaén está ante otra brutal aberración urbanística. Que lo es; el cambio de lugar de la estación de autobuses. Si la ciudadanía deja que esto se produzca será una derrota más de esta y otra victoria más de la especulación, empeñada en destruir la singularidad de Jaén sin un modelo previo, consensuado con seriedad, en el que el pueblo pueda identificarse con su ciudad, aunque pasen decenas y decenas de décadas por esta. Imagine, por un momento, si Madrid hubiese demolido el Teatro Real y cambiado la fisonomía de Las Cibeles, hubiese destruido espacios como El Paseo del Prado y derribado el edificio de Las Cortes... Qué sería del Madrid de hoy que todos conocemos por la singularidad de sus edificios y espacios públicos.

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