Ochenta años

    15 oct 2021 / 20:09 H.
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    En la sacristía de la iglesia de San Juan leíamos a viva voz el Diario JAÉN mientras Don Antonio corregía nuestros errores y nos enseñaba a respetar las pautas de puntuación y la velocidad de la lectura. Todo un ensayo para elegir al monaguillo que en misa de once leería desde el atril como telonero al Evangelio. Poco antes de entrar al trabajo pasaba por el quiosco de Luis el betunero de la calle Campanas a recoger el “Jaén” que mi jefe Bartolomé Vargas diariamente compraba. De una escena a otra no transcurre ni un quinquenio donde mi afición a la lectura fue en aumento de la mano de la letra impresa de los libros y las grandes planas de este periódico, ni imaginaba que alguna vez yo escribiría. Quienes lo conocimos en blanco y negro, a color, ahora en digital y a lo que venga, seguimos todavía la cuenta de nuestros años con la edad de este viejo compañero de la prensa provincial. Perito del pasado y del presente, actor en la memoria de heredadas tradiciones y cómplice de aquellos que sueñan que Jaén despierta. Ochenta camaleónicos años cumpliendo su cometido, este abuelo contra todo está vacunado. Salud.

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