Noticias de toda la vida

    03 feb 2021 / 16:38 H.
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    Creo que estoy sobreinformada en el tema covid. O lo que es lo mismo, padezco saturación informativa de este asunto. Ya he llegado a ese punto en el que evito recibir noticias sobre la pandemia. El origen de la misma, sus síntomas y efectos, número de afectados, fallecimientos e ingresados en UCI, caída del PIB, datos del desempleo, vacunas, incumplimientos de las farmacéuticas, reclamaciones, negociaciones y demás tomaduras de pelo con las que, a diario, se nos ponen las tripas verdes por tan descomunal despropósito mundial. Y lo hago porque aprecio que su seguimiento puntual y exhaustivo está afectando a mi estado de ánimo. Lo que, según he leído, se llama infodemia, y que la está sufriendo una parte importante de la sociedad. Y es que, la sobredosis de información catastrofista y apocalíptica no aporta solución alguna y dista mucho de ayudarnos a superar la situación. Eso no significa que haya perdido interés por la evolución de la situación sanitaria que, mundialmente, estamos viviendo, y las consecuencias económicas, laborales y sociales que de ella se derivan. Ni tampoco quiere decir que deje de estar pendiente de tomar las medidas de prevención, recomendadas. Pero necesito poner cierto distanciamiento, por el bien de mi estabilidad emocional, entre el seguimiento de la covid y mi vida diaria. Al menos durante un tiempo. En mi caso, como en la inmensa mayoría de los hogares, esta enfermedad ha afectado a algún amigo o familiar, o a un número considerable de ellos, que, en mayor o en menor medida, ha supuesto un punto de inflexión en el modo de afrontar mi propia vida. Pero necesito nutrirme, además, de otras noticias que me hagan sentir que la vida continua. Esa vida cuyo ritmo fue interrumpido hace un año. Por eso, para mi supone una inyección de aire fresco leer noticias como las publicadas estos días sobre “la petición de coordinación, entre administraciones, para echar a andar el tranvía de Jaén”, “el inminente inicio de la construcción del Conservatorio de nuestra ciudad “, o “las principales novedades de la PAC de 2021”. Esos artículos consiguen ponerme en la órbita de aquella otra querida “normalidad”.

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