Nos violan, nos matan

    04 nov 2019 / 12:12 H.
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    Violadores. Así, sin más. Sin colorantes ni conservantes. Sin adornos que rebajen su delito. Los violadores de Manresa han sido condenados por abuso, que manda ovarios el asunto. La sentencia viene a reafirmar que vivimos en una sociedad en las que las mujeres no importamos absolutamente nada, somos juguetes y estamos en el subsuelo de la sociedad. Resulta que la víctima, que entonces tenía 14 años, estaba totalmente inconsciente, y claro, los jueces consideran que estar en un estado de inconsciencia total no es motivo suficiente para que digas: “Oye, tío, que no quiero que me toques”. Porque estás inconsciente es un estado de normalidad y tal... No puedo escribir esto sin tener que ir borrando palabras de un inmenso odio hacia la justicia. Unos cuantos pseudohombres violan, y me da igual lo que diga la sentencia, a una niña por turnos de 15 minutos, que eso es otra. Que dicen los señores jueces que no ha habido violación grupal porque fueron respetuosamente guardando su turno. De verdad que es para meter fuego al país, y no solo a cuatro contenedores. Es indignante cómo la justicia se empeña en robarnos a las mujeres la voz, la dignidad y la vida. Pues eso, que estos pseudohombres guardaban su turno para violarla y, claro, hay que agradecerlo según parece... Y por último otro pseudohombre graba mientras se masturba, y que dicen los jueces que pobrecito, que no pudo hacer nada para socorrer a esta niña. ¿En qué mierda de sociedad vivimos? Entiendo que el código penal necesita una reforma desde la primera palabra hasta la última, pero es que me da igual. Es que eso es lo que tenemos. A mí no me consuela escuchar a la ministra en funciones decir que sí es una violación, que no hay duda, pero que no hay gobierno para hacer la reforma. Joder, que esto no es nuevo, y que a esta niña, a su familia, a la sociedad en general y a las mujeres en particular nos da exactamente igual si nuestros políticos y nuestras políticas son unos y unas incompetentes en potencia y les pica más su orgullo que luchar por su país. Que no se nos olvide, que esta gentuza, nuestros políticos y nuestras políticas, no son dioses ni diosas, son personas que deben trabajar por nosotros y por nosotras. Basta ya de esconder el desprecio de estas personas hacia los ciudadanos y las ciudadanas. Que esto no es nuevo, que ha ocurrido siempre, y que esta gentuza se creen por encima del bien y del mal. Que no, que los políticos y las políticas son trabajadores al servicio de la ciudadanía, y no seres intocables.

    Pero la semana que acaba de pasar no solo nos deja la vergüenza de una sociedad patriarcal impresa en una sentencia. Nos deja, además, una asesinada por su marido. Pero claro, esto tampoco interesa. Total, somos mujeres las violadas o asesinadas. ¿También me va a decir un político o una política que la culpa es de Fulanito que no quiso formar gobierno? ¿También tengo que aguantar que Fulanito culpe a Menganito echando balones fuera? ¿O quizás están esperando que me crea que la violencia es intrafamiliar? ¿Qué pasa cuando violan a una mujer o asesinan a una mujer? Nada, no pasa nada. No, no nos dejemos más engatusar por palabras y discursos retóricos. Que hay medios para acabar con el terrorismo machista, pero no hay ganas; hay recursos suficientes para cambiar las leyes, pero el “eso no, que lo propone la oposición” es lo único que les importa a los distintos partidos políticos que tenemos con representación en los grandes entes en nuestro país. Que les importa más que no salga adelante la iniciativa de X, que el hecho de que las mujeres seamos libres y estemos vivas.

    Me avergüenza profundamente la sociedad que estamos permitiendo la ciudadanía, porque hemos endiosado a personas que deberían estar trabajando a nuestro servicio. Me avergüenza ver cómo Gobierno tras Gobierno incumplen sus programas y sus promesas y no pasa nada. Me avergüenza que cómo nos roban. Me causa terrible odio ver como a ningún partido político le importamos las mujeres nada. Porque la historia se repite. Nos utilizan en campaña y nos entierran vivas. No olviden votar, pero también reclamar.

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