No todo es fútbol

17 sep 2019 / 08:41 H.

Creo que muy pocos lo esperaban. El Mundial de Baloncesto de China dio comienzo sin armar demasiado ruido por estos lares patrios. El baloncesto no gozaba en estos últimos tiempos del máximo fervor popular, como le está pasando al ciclismo. Pero, paso a paso, la selección española ha ido salvando escollos y avanzando hacia la proeza, despertando ya el interés y el fervor nacional. Los hombres de Sergio Scariolo se lo habían ganado a pulso. Y es que, ya digo, pocos tenían la ilusión de que España volvería a repetir la brillante hazaña del 2006, cuando ganó su primer Mundial en Japón, venciendo a Grecia, siendo seleccionador Pepu Hernández, actualmente metido en esto de la política, en la que hay más rebotes que en el baloncesto. Después, la euforia se fue enfriando por la falta de éxitos memorables, pero el domingo toda España volvió a vibrar de entusiasmo al admirar la actuación de la selección roja, esta vez de la mano de Sergio Scariolo.

El enfrentamiento en la gran final a Argentina estaba lleno de dudas, ya que el combinado albiceleste había realizado un Mundial sorprendente, dejando en la cuneta a rivales muy potentes. La expectación estaba en el máximo grado y fue aumentando a la par de la ilusión a medida que el partido avanzaba y España controlaba el juego y el marcador con una actuación soberbia, superando a un potente rival y a los efectos del cansancio, porque algunas eliminatorias exigieron un esfuerzo de gigantes. Argentina no tuvo opción y hubo de doblegarse a la superioridad de los españoles, que se impusieron por un contundente 95-75. Un delirio cuando Rudy Rodríguez levantó la copa de campeones. Era la culminación de un sueño que vino a premiar la incansable entrega de un grupo de deportistas ejemplares.

La selección española gozó también con la elección de Ricky Rubio como el mejor jugador del torneo. Quizás uno de los más felices por el triunfo fue Marc Gasol, porque a esta histórica victoria se une la de haberse proclamado con su club campeón de la NBA. No es fácil reunir estos dos galardones en una misma temporada. A sus 34 años, el menor de los Gasol aún tiene cuerda para poder levantar más trofeos. No cabe duda que, después de esta victoria, el baloncesto volverá a estar en la cresta de la ola de la noticia y de las preferencias de los aficionados. Los triunfos hacen milagros.