Negociar la precariedad

    13 feb 2022 / 16:14 H.
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    Tenemos una nueva ley laboral en España, en el mes que lleva funcionando ya han reducido la temporalidad de muchísimos contratos laborales y ha permitido que Europa entregue unos millones de euros que nos había prometido si conseguimos llegar a un acuerdo con los interlocutores sociales. Es obvio que no es una ley especialmente radical, y que se aprueba con el voto vigilado-regalado de la derecha, pero es quizás lo único que se puede hacer en esta España desquiciada de patriotas de barra de bar. Porque por encima de cualquier cosa está ley demuestra el enorme sentido de Estado que tiene esta Ministra. Otra cosa es qué entendamos, o no, que gobernar es perder parte de lo propio. Claro que se prometió hace diez años que se derogaría la injusta ley de Rajoy, y que se haría con una vocación radical y de izquierdas; pero si se hubiera hecho así, seguro que el espectro de la izquierda lo hubiera votado, pero ni Europa nos hubiera dado su ayuda, ni la patronal hubiera comulgado con piedras de molino. En efecto, no es una ley de izquierdas, pero es lo que en este momento se tiene que hacer. Ahora toca que todos entiendan que hay que subir el salario mínimo por encima de los 1000 euros, para que lo propio no sea perder el sentido de la justicia y la dignidad.

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