Mover los labios

    12 mar 2021 / 10:22 H.
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    En la primera escena de “Las niñas” —esa película mínima y prodigiosa que los Goya acaban de premiar— se nos coloca en medio de un coro de chicas que ensaya una melodía sin voz. Abren y cierran la boca, pero no sale ningún sonido. Al terminar, la monjita que lo dirige anuncia que lo van a repetir, ahora cantando. Luego suelta unos cuantos nombres y un “Vosotras sólo moved los labios” que corta la respiración. Se entiende que las nombradas desafinan y que para estropear el resultado final, mejor calladitas. Esto hoy en día es inconcebible: todos pueden y deben cantar. La escena del coro, como digo, es una atrocidad y una metáfora sangrante de los errores de la educación que recibimos los hijos de aquel tiempo. No fue fácil hacer que se escuchara nuestra voz. Sirva como disculpa que salíamos de los errores del sistema anterior. Cada modelo tiene sus demonios y debe superarlos. Ahora uno se pregunta qué haremos con esos niños a los que se les está convenciendo de que pueden ser “pausgasoles” cuando vean que el aro les queda a metro y medio de la coronilla. O cuando, en la prueba de acceso al Coro Nacional, se les diga que allí hay que afinar. Y servirán para otra cosa, no se me entienda mal. Tal vez sean virólogos excelsos, que falta nos hacen. O políticos con conciencia. Imagínense.

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