Mirando de reojo

    19 ene 2020 / 11:09 H.
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    La mentira convive con los políticos tanto como sus ambiciones. Tan es así que en el corto espacio de semanas hemos oído y leído una cosa y la contraria. No es por tanto de extrañar que ya tengamos gabinete que pretenderá igualmente llegar a ser gobierno cohesionado. Todo ello después de tragar que ese gobierno importa un comino, que se les llamara verdugos, que se les exigiera amnistía y referéndum para el asunto catalán, que se borraran tweets de las biografías de los ya ministros en los que se advertía al rey que su dinastía debería ser pasto de tiburones o carne de guillotina o que la nueva fiscal general, ahora impoluta, se relacionara amigablemente con las cloacas. Con ser impresentable que se hagan creíbles tantos digos como diegos lo que a mi juicio es más preocupante a la hora de discernir si son gobierno efectivo o simples gobernantes es la mirada de reojo permanente que se vislumbra entre la pareja de machos alfa porque es evidente su condición de enemigos íntimos y su palpable desconfianza mutua. Llega la hora de encomendarse a los dioses de cada cual. Comienza una singladura tormentosa. Ojalá tengamos buenos vientos.

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