Miénteme mucho

22 nov 2018 / 10:15 H.

Sí, dime que me quieres aunque sepa que es mentira. Que soy perfecto, guapo, que valgo mucho, que no podrías vivir sin mí, aunque sé que es mentira. Dime lo que necesito oír. Luego me podrás tratar como quieras, reírte de mí, no contar conmigo para nada, olvidarme. Lo podrás hacer porque ya me has embaucado con tus mentiras, que yo quería creer aunque a la vez sabía que eran eso, mentiras. Y he admitido tus corrupciones, tus contradicciones, tu cinismo hipócrita y selectivo, tu demagogia evidente, todo, porque para mí tu mentira valía más que las otras verdades y porque tú podías decir y hacer lo que yo había deseado hacer o que hiciesen por mí. Tú me representas, pues si no, ¿cómo es posible que admitiese existan quienes diferencien los trapicheos según son de los nuestros o de otros? ¿El que se puede demonizar e insultar a quienes desde la otra acera cometen tropelías y considerar inmaculados a quienes las cometen en la nuestra? ¿Tener manga ancha con nuestros afines y ser inquisidores con los demás? Y pese a todo, te voto; me merezco un psicoanálisis.