Mensaje institucional

28 dic 2021 / 16:31 H.
Ver comentarios

Les doy la bienvenida al Departamento de Reclamaciones Cronológicas y les ruego que no se amontonen mientras esperan su turno. Por favor, guarden la distancia de seguridad y colóquense bien las mascarillas. Les habla el máximo responsable del actual periodo. Sí, soy yo, el año 2021, en persona. Por favor, les pido que bajen la intensidad de los abucheos porque así no van a poder escucharme. Comparezco por voluntad propia, porque creo que tengo que dar la cara. Faltan pocos días para que finalice mi periodo de vigencia, el próximo 31 de diciembre a las 12 de la noche. Así que dejen que me exprese.

Escucho a algunas personas, de entre los que abarrotan la ventanilla de Reclamaciones, que me están echando en cara mis eslóganes publicitarios, lo de “saldremos mejores”, lo de “ya vemos la luz al final del túnel” y lo de “por fin vamos a pasar página”. Debo decirles que se trataba de previsiones, no de promesas. Pero la situación, en general, es bastante mejor. Dejo una herencia a mi sucesor sustancialmente más esperanzadora que la que yo recibí del año que me precedió (ya saben, ese que todos quieren olvidar, y cuyo retrato ha sido retirado definitivamente de la galería oficial de calendarios). Pero créanme, no trato de disculpar mi parte de responsabilidad. No es eso, sobre todo porque me une un vínculo familiar muy estrecho con mi predecesor. Esta es una institución hereditaria y aquí, desde hace muchísimas generaciones, los hijos nos hacemos cargo del negocio y del abundante patrimonio familiar (como se suele decir: el tiempo es oro).

Pero no estamos aquí para enriquecernos. Permitan que me defienda de los reproches que escucho. No soy un estafador, aunque entiendo su enfado. Ya sé que al final no se han cumplido totalmente mis previsiones. Pero como algunos de ustedes están pidiendo que se les devuelva hasta el último minuto que han invertido en mí, lamento comunicarles que no va a ser posible, pero les pido que tengan un poco de paciencia con mi heredero.

Por favor, cálmense. Además debo decirles que estamos en unas fechas muy señaladas y deberían estar en sus casas disfrutando en familia de unas fiestas tan entrañables. No. No pretendo confinar a nadie, no es eso. Solo les ruego que no se dejen llevar por el enfado y que sean positivos. ¿Qué ha pasado? ¿A qué vienen esos gritos? Ah... no, con lo de que sean positivos no me refería a temas de contagios. ¡Maldita sea! ¿No hay manera de que razonen o qué?

Tic-tac, tic-tac. ¿Escuchan mis latidos? Su ritmo es cada vez más débil. Mi historia está a punto de concluir. 2021 se acaba. Y solamente deseo pedirles confianza en mi sucesor. El que va detrás de mí no les defraudará, ya verán. Les va a encantar. Es como un bonito número de lotería: 2022. Apuesten por él. Seguro que les toca. Perfecto. Ya veo que empiezan a marcharse de la sección de Reclamaciones al Año Viejo. Es lo que me gusta de mis súbditos queridos, que en el fondo son personas razonables. Pero ¿qué están haciendo? Comienzan a hacer cola en la ventanilla de Propósitos para el Nuevo Año.

Pues con una fila tan larga y la situación de colapso que sufre nuestro sistema de atención al usuario, vais a tener que esperar tantísimo tiempo a que os toque... que como soléis decir en estos casos... os van a dar las uvas.

Articulistas