Memoria de lo merecido

    26 jun 2021 / 20:23 H.
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    El abusivo precio que cobran en la factura de la luz es un ejemplo más de lo que pagamos por dejar en manos de empresas privadas productos tan esenciales como la sanidad, la educación, la vivienda. Todos ellos señalados en la Constitución como derechos básicos para vivir dignamente y que por otra parte fueron costeados en su origen e infraestructura con el dinero recaudado de nuestra obligación de pagar impuestos, se malvenden sin pudor a oportunos amiguetes y a buitres negociantes especialistas en la usura. No en vano los consejos de administración de esos avispados compradores están llenos de exministros, exsecretarios de Estado, y algún que otro zombi con ínfulas de eterno presidente de España. Si durante décadas se ha ido desmantelando lo público en favor de un capitalismo abrasivo que acarrea agresiones a la igualdad, el medio ambiente y la dignidad humana, sorprende a la lógica el aborregamiento de un país que cuando es llamado a urnas olvida su pedigrí y sigue votando en mayoría contra sus intereses. O es que acaso aquí todos tienen acciones en bolsa y los que no llegan a fin de mes son solo los poquitos que nunca votan a las derechas.

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