Maestros covid
Una de las profesiones más bonitas y gratificantes es la
de maestro, aunque de un tiempo a esta parte
a este trabajo vocacional se le esté cargando con tareas impropias de su cometido primordial. Se les ve, a primera hora de la mañana,
hidrogel en mano y vigilando escrupulosamente que todo el alumnado lleve la mascarilla bien colocada, con un ardor guerrero que apabulla. Es posible que
(todavía) la sociedad y nuestros políticos no se hayan dado cuenta de la importancia que tienen estos auténticos “héroes galácticos”, que por el mismo sueldo siguen asumiendo protocolos de todo tipo para que la enseñanza-aprendizaje funcione como es debido, incluso
con el mismo tesón y pundonor. En este largo período
de pandemia ha quedado
patente que este abnegado colectivo de profesionales aguanta todo lo que le echen; y encima sale victorioso, sin —muchas veces— tener medios reales para conseguir los objetivos
que otros le marcan. Es tanta su responsabilidad para ejercer su labor educativa y asistencial...