Madrid, año cero

    09 may 2021 / 16:04 H.
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    Hoy sabemos que hay una relación directa entre el ascenso del fascismo, el final de la Primera Guerra Mundial, la crisis económica y la pandemia de la gripe española, no es que cien años después lo de Madrid y el ascenso de la derecha, con la falangista Ayuso a la cabeza y la homófoba Monasterio de escudera, tenga las mismas explicaciones, pero sí en cierta medida las mismas consecuencias: intolerancia, manipulación y resentimiento. El ascenso de este populismo intolerante está basado en la ignorancia de quien gobierna y de quien es gobernado, producto de años de democracia partidista, sin educación, sin conciencia, basado en unos valores simplistas. Pero también el desprecio por el otro, por el diferente y por el que no entendemos. Tristemente hay que decirlo claro: Madrid y su juego a ser auténticos castizos es malo para todos. Parte del juego era echar a Iglesias, objeto conseguido, pero también plantar cara a la economía social, que les parece lo peor, una solidaridad entre regiones, que creen alimenta el nacionalismo, o la piedad ante el sufrimiento ajeno, que les parece una mentira. Da un poco de pena lo de Madrid, que han votado a una opción ideológicamente negativa, que invocando al fantasma del comunismo ha terminado por no entender que Ayuso no ha puesto ni un euro en salvar a nadie y que la solución no puede ser que todos quedemos para tomar una caña en el bar de la esquina.

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