Madres y padres cogobernantes

    21 ago 2020 / 18:08 H.
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    El estado de alarma cogobernado con la “nueva normalidad” ha dado resultados nefastos con el incipiente comienzo del curso escolar. La resignación para no querer hacer una previsión experta con guías comunes en todos los centros escolares a nivel nacional deja en evidencia que las brechas existen y seguirán patentes con la política de planes impulsivos que han dejado de manifiesto los gobernantes, pues el agujero para compaginar la covid-19 con el sistema educativo es negro e incompetente. El virus no se va a disipar si hay reuniones reales para establecer las reivindicaciones que las madres y los padres cogobernantes solicitan a los clanes educativos, primando la salud a la enseñanza. Las aptitudes infantiles que adoptaron las comunidades autónomas en una competición para demostrar cual era la mejor en la covid-19 ha caído en un lloriqueo de niños perdidos. Lo peor no son sus llantos, sino que en sus manos caprichosas se encuentran las decisiones futuras para educar con la mayor salubridad a nuestros hijos en esta pandemia fatal. La gobernanza sin el “co”, dio resultado en su momento, pero aun no hemos crecido lo suficiente para transmitir tranquilidad con la educación del futuro.

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