Los ministros pito-pito

No hace mucho tiempo que un amigo se quejaba de que había pagado una suma de dinero bastante elevada por un servicio que había durado diez minutos. Por supuesto que estaba en un error. Detrás de ese poco tiempo hay estudio, trabajo, sacrificio, inteligencia e inversión económica. Ese es el verdadero valor de sus servicios. Eso es un precio justo y no debe dolernos. Lo que duele es la injusticia de pagarle a quien no se lo merece porque lo que hace no se corresponde con el sueldo que cobra. Lo que duele es poner la mano cuando en vez de hacer, nos dedicamos a perjudicar a nuestro país y a quienes intentan sobrellevar los malos tiempos de la mejor manera. Esto ocurre porque se repartieron ministerios por el método pito-pito. Se adjudicaron a quienes nos convenía pensando en cualquier cosa menos en si tenían experiencia y preparación. Ya hace mucho tiempo que quedaron atrás los hombres y mujeres de Estado. Ya no se pone el país por delante de la ideología. Ojalá se cumpliera lo que decía John F. Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”. Dicho esto, no nos obliguen a pagarles más. Y si me apuran, devuelvan lo cobrado. Sería lo justo.