Los hijos de Putin

    13 mar 2022 / 16:00 H.
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    Cuando parecía que la peste de la pandemia estaba concluyendo su danza macabra sólo nos faltaba el hambre, la guerra y la muerte para reponernos día tras día en la ventana abierta de la tv aquella escena final de los cuatro jinetes del Apocalipsis asolando el planeta. Porque ya no cabe novelar con la imaginación como sería una guerra, la mueca dolorosa de un soldado herido, el escorzo absurdo de un cadáver sobre el suelo, el humeante color de un edificio derruído, el resplandor de una bomba cuando estalla sobre un ciclista que pasea o el trágico desmoronamiento de un hospital infantil con niños dentro. Ahora basta con poner la tele y verlo en directo.Yo no sé ni quiero saber que intereses se ocultan bajo los tableros de los Putin y de todos los hijos de Putin que en el mundo son. No quiero pensar en si mi pensión me permitirá pagar gasolina electricidad y alimentos a precio de oro molido. Ni quién vende a quién el gas ni que unidad de medida es un megavatio. A mí sólo me interesa y me agrieta el alma el dolor de los seres humanos. A mí sólo me motiva saber una fecha. La que ponga punto final a esta tragedia que pretenden amparar en un patriotismo falso, en un reverdecimiento de tiranías, en un constante goteo de exiliados, en la constatación del fracaso de un sistema de convivencia basado en las ansias de poder a cualquier precio. Sobran todos los hijos, parientes y allegados de Putin.

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