Los hermanos Marx

22 nov 2019 / 10:27 H.
Ver comentarios

Sinceramente, tengo la corazonada de que dentro de pocos días el asunto del caso de los ERE se habrá solucionado satisfactoriamente. Se darán las explicaciones y pedido las disculpas obligatorias, el dinero birlado será restituido a las arcas de la Junta de Andalucía y todo quede en un simple caso de “despiste” institucional de dos presidentes que, agobiados por el trabajo de buscar medios para ayudar a los andaluces, no se dieron cuenta que los millones volaban de las arcas a bandadas. Pero, mientras que alguien, autorizado para ello, dé las explicaciones oportunas, los demás ciudadanos tendremos que ir diciendo algo para que lo que fue un caso de corrupción institucional no quede en el olvido. Y hablando de olvidos, a mí me vino el recuerdo de los hermanos Marx, porque los estoy viendo reflejados a los tres en una sola persona: Pedro Sánchez. El presidente en funciones es Groucho cuando se pone a largar discursos con promesas liantes difíciles de entender; ejerce como Harpo porque se muestra absolutamente mudo cuando se le pregunta por algo que le puede crear problemas, y es Chico porque él mismo se encarga de mantener y dar vida a los otros dos para completar la comedia. Todo esto, estaría bien si Sánchez tuviera gracia como la tenían los Marx. El caso de los ERE no fue algo circunstancial, sino un sistema bien pensado y elaborado para malversar el dinero de los andaluces. Desde que la jueza Mercedes Alaya inició la investigación solo encontró dificultades para desarrollar su trabajo, especialmente propiciadas por Susana Díaz, que obstruyó cuanto pudo el avance de la investigación. Alaya fue retirada del caso sin una explicación convincente y relevada por otra jueza, que fue demorando y entorpeciendo las investigaciones. Al final, esta vez sí, la justicia prevaleció y 10 años después ha dado la razón a la jueza Alaya. Aquellos políticos autonómicos que protagonizaron esta malversación fueron condenados, según la importancia de su intervención en el “chiringuito”. Quedan otros corruptos por juzgar por delitos diferentes, pero igualmente ligados a la corrupción y quedan respuestas que dar de otros que, sin intervenir directamente, conocían lo que se estaba cociendo y no levantaron su voz para evitarlo y, además, cuando estuvieron en el poder, hicieron lo posible por silenciarlo. ¿Sabrán que existe la palabra dimisión?

Articulistas