Los baños de Jabalcuz

    25 sep 2021 / 17:03 H.
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    Los baños de Canena, el balneario de Marmolejo, en donde Armando Palacio Valdés escribió “La Hermana San Sulpicio”, o “Riverita”, o los “Mozos de Cádiz”, nos indica que la provincia de Jaén es rica de la hulla blanca, es decir, el agua. Que Jaén es rica en aguas, nadie lo puede poner en duda. Ahí está el caso de las Fuentezuelas, donde escarbas con la mano, y el agua está asegurada. El dicho me viene bien. Dios le da habas a quien no puede rumiarlas. Me explico. Los baños de Jabalcuz, cuyas aguas bicarbonatadas, no sé si ferruginosas o de otra índole no son aprovechables como fuente de salud. En Jabalcuz tiene que haber una alhama, que traducido del árabe quiere decir agua caliente. Convertir este paradisiaco lugar en unas termas no es una idea descabellada. La reapertura de estos balnearios aumentaría la paupérrima economía, que tanta falta nos hace, ya que no podemos vivir siempre de la sopa boba, las subvenciones y otras gavelas ordeñadas a las ubres de mamá Estado, un Estado a punto de bajar la persiana de la economía por la culpa expresa de esta pandemia, tan ingrata y tan feroz. Manos a la obra. A levantar, sin necesidad de viagra, lo que yace derribado en el suelo. Los baños de Jabalcuz son un ejemplo.

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