Lo público

Vienen elecciones; y, gracias a Dios y a nuestra Constitución, esa expresión se puede usar muy a menudo, recurrente como el aire de Jaén o la presunta mala follá granaína. Y, cada vez que eso sucede, se tira de tópicos. El lobo de la ultra extrema derecha. La oposición que no sabe opositar. Y lo público. Qué bonito, qué precioso y qué utópico es lo público. Ese dinero que decían algunas que no era de nadie. Esa sanidad pública y de calidad que fomentan los que van a sus clínicas privadas, pero no de seguro de segunda clase no, a base de dinero. Dinero privado ganado con sueldos públicos. ¿Y la educación? Qué maravilla de la educación pública. Adoro a aquellos cuyos hijos van a una privada, con ese dinero propio ganado con esfuerzo personal pero con nómina pública. Y, a lo sumo, critico los concertados. Esos colegios a los que hay que pagar y que les cuestan al Estado menos que un público pero...como que caen mal. Por una sanidad pública y una educación pública de calidad. Como si alguien no lo deseara así...no conozco ningún partido, ningún político que quiera destrozar la educación o la sanidad. Públicos. Tal vez quieran que existan alternativas, porque cada uno se gasta el dinero en lo que quiere, unas en médicos, otros en gambas, unas en colegios, otros en locales de dudosa reputación y sustancias que distorsionan la realidad...pública.