Lección magna

La madre tierra nos ha frenado en seco, incluso cuando creíamos que no podríamos hacerlo. Nos ha dado la guantada sin manos más grande de nuestra historia. No ha hecho distinciones, nos ha metido a todos en el mismo saco y nos ha dibujado en la frente la señal de “stop”. Y mientras tanto, para regocijo de ella y sequedad de boca para nosotros, nos está enseñando qué cuenta en esta vida y qué no, qué tiene valor y qué no, todo eso mientras ella va recuperando del virus mortal que le ataca, la humanidad. Y sí, volverán los tiempos de la “normalidad”, volveremos a salir a calle, iremos a comer con nuestros amigos, los abrazaremos, volveremos a besar a nuestros hijos y mayores sin miedo, o con él, porque, sinceramente, esto no se olvida en dos días. Espero que no lo olvidemos. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a nuestro Gobierno, quiero suplicarles que no se olviden de nuestros mayores y nuestros enfermos, ellos son quienes han puesto en pie este país, ellos son quienes han criado a la generación que hoy sigue sacando a este país hacia delante. Sin ellos no seríamos nada. Nada. Ni siquiera vosotros. Gracias a nuestros sanitarios por salvarnos la vida. Y a todos esos héroes sin capa que siguen al pie del cañón.