Las tres “Ces”

Las tres “Ces”, comida en exceso, cinismo, y el cuñado, son indispensables ingredientes en todas las aburridas reuniones obligatorias. Que ya de por sí, el complemento de la obligatoriedad condiciona el aburrimiento y le añade la desesperación de tener que claudicar con lo determinado. Con el dictador cinismo de lo establecido, y en este país, precisamente quienes nos preocupamos de que no se repita la historia, sabemos mucho de poderes dictatoriales y de dictadores. Las fiestas navideñas son el caldo de cultivo perfecto, fomentando esos cenáculos, fuera de todas las horas acostumbradas el resto del año, y de la cantidad, para rogar al Santo “Job” que no nos borre la constante sonrisa de nuestro semblante. Esa sonrisa cínica no debe fallar, da igual, lo que veamos, lo que oigamos, lo que nos digan o insinúen, no debe malograrse; porque la alternativa para la perfección sería seguir los pasos del triste Joker y tener que auto dibujarnos la risita en nuestra cara. En las fechas señaladas, pasen y vean: el espectáculo está servido. Y sus efectos secundarios tienen duración indeterminada, que van desde los incipientes instantes hasta toda la vida. La represión lleva al hartazgo, y éste a la rebelión... ¡Disfruten!