Las páginas de los críticos

Es corriente que los escritores debutantes, sobre todo poetas y novelistas, se quejen de que, una vez superado el primer obstáculo que es la publicación por una editorial, sus primeras obras no encuentren la repercusión que sería necesaria y deseable para ellos en las páginas de los críticos, en las revistas, periódicos, blogs... Y sucede incluso cuando el libro es publicado por una editorial de prestigio o cuando la obra tiene una calidad fuera de duda. Se conformarían no ya con una crítica favorable, sino solo con eso: una crítica, una mención, una línea, pero que se hable de ellos. Las razones de esto son sencillas de entender. Ningún crítico, por mucho esfuerzo que haga, puede abarcar el océano de libros, tanto nacionales como extranjeros, que salen al mercado. Aunque se propusiesen leerlo todo no podrían, es tarea imposible. Es lógico que sean muy selectivos y dediquen más espacio y tiempo a los escritores ya conocidos y consagrados. Nadie tiene la culpa de este fenómeno. El joven escritor que comienza debe centrarse y confiar en que la buena calidad de su obra irá abriéndole caminos pero nadie puede garantizarle que suceda tal y como él lo había planeado.