Lactancia seca

    17 may 2021 / 10:38 H.
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    Para mi fortuna, caía en mis manos estos días atrás, el nuevo libro de poemas de Rocío Biedma. Este libro, dolorosamente hermoso, hace un retrato de la vida de los niños en las guerras, de sus vidas en el desierto, del abandono y del silencio de la humanidad ante magna barbarie. El título ya anuncia la dureza de sus versos, uno inevitablemente imagina la aridez y la escasez de socorro, una realidad amordazada y obviada llevaba al papel con el magistral dominio de la palabra de Rocío. Rocío Biedma es una poeta consecuente, ella conoce la fortaleza de sus letras y sabe que la palabra debe ser reclamo, rebelión y arma para que el ser humano entienda que, de una vez por todas, las fronteras, el color y las creencias no nos hacen diferentes. Los niños de Lactancia Seca son, a veces, “nenúfares que han descubierto el sol esta mañana”, otras son “silencios rasgados sin tumba” y finalmente, “poemas que buscaban vivir”, todo en un mismo poema, todo en una misma realidad. Vayan a buscarlo, léanlo, porque como cita la contraportada de este libro, después de su lectura, no volvemos a ser los mismos.

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