La salud como negocio

Si se analizan los datos que el SAS publica, vemos por dónde van los tiros, cargarse a la sanidad pública. La incertidumbre hace milagros, quien ha sido diagnosticado, pongamos qué de un cáncer, y viva en sus propias carnes una espera media de dos meses para una primera cita con el oncólogo, termina por tirar la toalla y acudir donde sea, llámese privada, en aras de su salud, su tranquilidad. Y pasa con el cáncer, con operaciones traumatológicas, con citas a especialistas. El tripartito, gobiernan dos y apoya un tercero, está desmantelando nuestra perla, hasta hace poco sagrada, sanitaria pública. Y déjense de excusas, no es la pandemia el motivo para que muchos centros de atención primaria estén cerrados o con plantillas ridículas, esto forma parte de un proyecto primigenio, hacer de la salud negocio. Y si alguien no me cree que cuente los anuncios de aseguradoras privadas en la tele, radio o periódicos, esa publicidad es reveladora de por dónde van los tiros. El destino final parece marcado donde las derechas gobiernan, convertir la salud en un enorme y goloso negocio.