La pandemia de la soledad

    26 jul 2019 / 12:01 H.

    Vivir, sentir el paso del tiempo y ver ese transcurso cada vez que nos miramos al espejo, sin darnos cuenta de que nuestros ojos miran con el alma, a veces nos protege, otras no. Vivir con una máscara que siempre presenta el mismo semblante y que sin diálogo transmita palabras, —tan sólo con la expresión de nuestros cuerpos y de nuestros actos,— es todo un arte para algunas personas privilegiadas. La soledad simple es un error, los puzles se hacen con muchas piezas y diferentes miradas o formas de ver, y las dificultades a veces son muy buenas opciones, pues hace un llamamiento para pedir y recibir ayuda, y que la soledad no se vea anclada en los recuerdos más bonitos creando una realidad ficticia. De este modo, se crea una atmósfera insoportable al levar el ancla. La fosa común de la soledad en esta sociedad debe de ser cerrada, el cielo abierto debe de ser su tapadera, pues la verdadera realidad está loca. El egoísmo habrá triunfado si damos paso a la soledad, y culpará de su estado a todo su entorno, a todo aquello que le rodee. La soledad buscará cualquier ínfima excusa para instalarse y hacerse dueña de nuestras vidas aislándonos de todo. No abandonemos la duda, por favor.