La montaña mágica

    12 feb 2021 / 11:14 H.
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    En la ciudad ajena, qué les voy a contar, hace mucho aire. Dicen los expertos en la materia que es una cuestión de orografía y que esto de los desniveles propicia que las masas de aire frío de las alturas entren en conflicto con las más cálidas de los rasillos y las puertas y bulevares. Muchos, sin embargo, aguzamos la mirada 202 grados hacia el sudoeste y sospechamos que hay más: la ventolera que nos entra cada cierto tiempo debe tener su origen en algo mucho menos científico. Más mitológico, que aquí somos muy de realismo mágico. De lo contrario no se explicaría que un lugar de interior sufra de ataques esquizofrénicos como los de los últimos días. ¿Tendrá algo que ver esa montaña mágica que es Jabalcuz? ¿De verdad fue un volcán? ¿Es descabellado imaginar que allí more una deidad del viento? Que sí, que Granada tiene mucha solera y acapara todos los terremotos. Que también, que los cordobeses se quedarán con la base militar (y con lo que le dé la gana a usted, señora Calvo, faltaría más). Pero que lo nuestro también tiene tela. Al menos, a los que habitamos esta ciudad y la recorremos llueva, truene, caigan sapos del cielo, sople Eolo o la madre que lo parió, siempre nos quedará el viento. Y seguir cavilando en quién nos lo envía. Desde dónde. Por qué. Y qué quiere decir que algunos salgamos a volar de vez en cuando, en su compañía.

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