¡La imaginación al poder!

En algunos cortijos de Cazorla se asentaron hippies (vean la película El bosque/The village); fans contra-culturales aún alborotan: ecologistas, pacifistas, sexualistas, animalistas, veganos. Gritaban “prohibido prohibir”, “la imaginación al poder”. Lennon: “Imagine other world!” “¡Sex, drugs and rock and roll!”. ¿Qué civilización construiría esa imaginación hedonista, empoderada hoy en el gobierno? La imaginación es creativa para los que han aprendido un oficio y saben sus ciencias y artes; para el lego en medicina, arquitectura, energías, ingenierías, música, etcétera, su ignorante imaginación —lo opuesto de la docta ignorantia— es improductiva o perjudicial, como el que agarra malamente a un accidentado dañándole su médula espinal. La imaginación ignorante mata: decisiones irracionales en la pandemia; el tranvía de Jaén, fácil imaginarlo y decidirlo, construido por técnicos y encerrado por malísima previsión de uso; monumento a los hippies en Tamil Nadu, India: un coche enterrado por el maletero en vertical, pintado de florecitas multicolor. ¡Ay, también don Quijote imaginaba mil hazañas y aventuras! Al morir cuerdo, se arrepintió.