La fotografía familiar

Diario de enero de Bernardina Molina

07 dic 2021 / 19:05 H.
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La ventana se ha abierto de golpe y un aire huracanado sacude la habitación. En sus paredes no hay cuadros, tan solo espejos y fotografías, muchas fotografías, que compondrán la historia familiar. Todo comienza con la boda de mis abuelos y continua su ascendencia cronológica, diez hijos, a su vez hermanos y luego padres. Cinco mujeres y cinco hombres. Cuando la desintegración escolar se hace apabullante y no se comprenden las matemáticas con sus hipotenusas al cuadrado, la recolección de la aceituna será un buen medio de subsistir. Hace frío, un frío que pela los huesos; la carne de gallina define mi piel y la de toda la cuadrilla Molina a la espera de comenzar la faena. Hay un fuego encendido que intenta darnos calor, pero no llega siquiera a unos pies helados. No debo pensar en el frío, pronto desaparecerá, sino que es un día menos en el calendario para poder escapar.

TARDE. La jornada de trabajo ha concluido a las cinco de la tarde. Los establecimientos están llenos de obreros y campesinos. La ferretería tiene cola, pues no caben todos dentro del establecimiento. Hay que ponerle la goma a la tapadera de la olla express. Los niños en el colegio, con sus aprendizajes gastronómicos pronuncian express pot. Han colocado ante el sustantivo pot la palabra express y así una relación memorística del término importado y usualmente usado, express, les hace aumentar su vocabulario con pot. Creo que estoy muy cansada.

NOCHE. La cena se toma caliente, pues la comida de a medio día ha sido a base de bocadillos. Toca tomar crema de calabacín con patata. Hay que la patata, traída de Hispanoamérica, ha revolucionado todos los platos. Del cruce entre batata, palabra originaria de la isla La Española, y papa, del quechua, resulta “patata”. Hay que preparar para mañana un potaje de habichuelas con papas. ¿Y a qué viene decir esto? Me parece que es mejor que me vaya a dormir antes de analizarme.

15 DE ENERO. El día se levanta más apacible y me he relajado. Son las ocho de la mañana y rugen las camionetas repartidoras de frutas en los establecimientos. Leo en una revista de cocina Tan popular como el típico milhojas francés, la tarte Tatin o el éclair, hoy les comparto un postre francés igualmente famoso: ¡el clafoutis! ¿Qué tienen en común la porcelana de Limoges, el encaje de Tulle y el clafoutis? Todas estas especialidades son el orgullo de una región del centro de Francia llamada Limousin de donde también es originario el clafoutis. A mí me encanta utilizar uvas negras y verdes con esta receta, en cambio, la mujer de mi hermano Isidoro utiliza los plátanos. Si mi familia supiera de mi afición, pero como explicarles que yo no quiero barear, ni estirar lienzos, ni pasar frío, odio los sabañones.

21 DE ENERO. Serafín Molina y su perra, hermosa foto. La perra se llama Babas, pero yo la llamo Sidda. Aúlla, con un sonido agudo y lastimero cuando fallece algún miembro incluido en la gran foto familiar, pero ahora lo hace más, pues Serafín, un marinero que nunca conoció el mar, tiene un dolor crónico de reuma, y cuando se queja, el animal se lamenta con él. Hemos perdido el miedo a sus ladridos, pues en estos momentos se adolece más por los dolores que oxidan periódicamente sus cuerpos.

MÁS TARDE. Constanza Molina, en su juventud una verdadera belleza, ahora tiene párkinson; su hija Adelaida le hace escuchar la música de Jean Michel Jarre “Oxígeno” mientras ella se sueña en un gran taller de coches, entre rugidos de motor; no escucha la bronca que recibe, sentada en la mecedora con asas de madera que crujen por lo carcomido. Se le ha caído la caja de herramientas al suelo, todo ha quedado esparcido por el suelo, ella tan solo pretendía atornillarlas para que el balanceo no gima. Escucha “Oxígeno” - le dice – así el pulso de tu corazón se adecuará a lo arrítmico de tu enfermedad. Imposible.

25 DE ENERO. Sidda, con aullido agudo y lastimero nos ha vuelto a comunicar que hoy día 25 de enero de 2020 ha fallecido María Dolores Molina, de un infarto. Ha dejado en herencia a su hija un cortijo reconstruido. Apenas tienen calles las casas de alrededor. Son solo tres o cuatro viviendas agrupadas en una misma fachada con un huerto frente a ellas. Se han plantado eneldos y geranios para atraer a las mariquitas al huerto y así devastar la plaga de pulgones. Sofía, su hija, pulveriza a las hortalizas con un líquido de jabón de sosa cáustica. Con ella se ha ido su sueño, ser modista de alta costura.

29 DE ENERO. Contemplo perpleja la fotografía familiar , cómo van desapareciendo uno a uno los hermanos. Habrá más diarios con sus meses, para contemplar las anécdotas y las vivencias familiares. En última instancia, de los que van falleciendo, queda todavía entre nosotros la voz de sus hijos, que desconocen por completo las ilusiones de los que nos han abandonado. El año no ha hecho más que comenzar. Todo se escribirá rememorando el diario de enero de Alina Reyes de Cortázar. Los hijos seremos testigos de este testimonio literario, un texto muy interesante para todos.

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