La Capilla Sixtina

    01 ago 2019 / 10:27 H.

    Es donde encierran a los cardenales para que elijan Papa. Fumata negra a fumata blanca, que es el desenlace. Y se pasan los días mirándose a las caras unos a otros, amigos, enemigos y neutrales (que son los que resuelven) en sus conciliábulos e intentos de apaños en influencias. Pero terminan con Papa según les inspira el Espíritu Santo (allá ellos). Pues acá, a la vista de lo sucedido, se debería habilitar un sistema que obligase a estos políticos tan necios a ponerse de acuerdo, alguno menos el que se vislumbra. Los llevaría a algún monasterio de los muchos que hay; a unos le vendría bien por su propensión a la ascesis y la contemplación, a otros porque es ideal de vida alejada de consumismo, bien les vendría a algunos el alejarse de sus coches oficiales, negocios e intereses tan personales y que van delante de lo público; convivir con el adversario tal vez les mostrase puntos inéditos de confluencia. Como el interés de sus votantes no les importa al fin les forzaría a resolver el querer salir del encierro. Y si no llegasen a acuerdo, dimisiones y a sus casas.