Justicia y venganza

    18 jun 2021 / 11:07 H.
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    A propósito del debate sobre los indultos del “procés”, ¿debe utilizarse la justicia para la venganza? La justicia, desgraciadamente, se utiliza para todo, desde canalizar venganzas hasta para hacer política torticera. Decía el señor Bono que pocos políticos acampan hoy en el oasis de la moderación y quien lo hace no suele tener futuro. Y se equivoca. El moderado se queda fuera de la política; solo triunfa y tiene futuro el truhán, el que polariza, el que abandera el odio, la confrontación. Las virtudes convencionales, como honradez, veracidad y escrúpulos no son típicas de los inmoderados. Estos suelen ser propensos a ciertos vicios, tales como desvergüenza, mendacidad, venalidad. Un político así es una persona sin principios, mendaz, desmedida, poco escrupulosa, de escasa visión política ni siquiera a medio plazo, incapaz de unir intereses contrarios y de concebir al estado como otra cosa que no esté a su servicio y de los suyos. Lo analizaba perfectamente el filósofo Ortega en su libro sobre Mirabeau. Y muchas de las cosas que dice son aplicables en la actualidad. Cada día nos topamos con la orfandad de capacidades de políticos honestos, hábiles, cultos, con visión de estadistas y en unos partidos más que en otros; solo basta ver los debates en el parlamento. Y lo peor de todo, tal orfandad es lo que más réditos políticos consigue.

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