Jaén y sus noches

    19 jul 2021 / 11:22 H.
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    O se está acabando el mundo, derretido bajo el calor sofocante, o ya no nos acordamos del calor de otros años. También cabe la posibilidad de que nos estemos haciendo mayores y no soportemos esto del sol calentando en verano. No sé, hay muchas opciones. El caso es que recuerdo con una especie de nostalgia elevada a la máxima potencia los veranos de verbena en verbena, de pueblo en pueblo, de concierto en concierto, de festival en festival... Esos veranos donde Etnosur era Etnosur y no la pantomima de este año; los fines de semana de coche recorriendo la provincia, sin saber dónde íbamos a poner el culo... ¡Ay, volvería con los ojos cerrados! Y el caso es que la cosa va entrando en eso de la nueva normalidad como puede. El pasado verano, el de la pandemia que nos asustaba, porque ya hemos visto que una vez que nos hemos acostumbrado le hemos perdido el miedo, todo suspendido y todo apagado. Este verano, que hemos aprendido a ir a un concierto sentados, a dar botes con el corazón, mientras nuestras manos son las que tienen todo el protagonismo bailando y flipando en esos conciertos que respiramos... pues a mí me toca acostumbrarme a mi nueva normalidad con mi pierna aún arrastrando la lesión... Me toca un verano para seguir teniendo nostalgia suprema de los veranos pasado... Pero, oye, que de pronto se enciende la bombilla o el anuncio en redes sociales y me recuerda eso de que “Jaén existe” y ¡vaya que existe! Sin salir de mi ciudad, de esa que muchos dicen que “no hay nada” y que muchos y yo aseguramos que no nos falta nada, me dedico a disfrutar de noches fresquitas, con eso de Noches de Palacio, que nos acerca a la música en un entorno maravilloso, cargado de cultura y que nos hace respirar el Jaén de verdad, ese que suda culturas, ese que es el gran desconocido y que últimamente dejamos ver. Conciertos en el ciclo Noches de Palacio que nos permiten evadirnos del calor este que pasamos porque el mundo se acaba o porque tenemos amnesia de otros años. Y este año el ciclo envidiable de cultura no viene solo, en esta ocasión sumamos Consentidos, y ya es que es para llorar de emoción y chillarle a los coordinadores de ambos eventos para darles las gracias por permitirnos disfrutar de estampas mágicas de nuestra ciudad, cargadas de cultura, de tiempo, de sueños, disfrutarlas al son de la música, de la cultura...

    De verdad, ¡qué fantástico es que haya equipos de gobierno que incentiven estas cositas, ya vengan del ayuntamiento o de diputación o de donde sea! Es maravilloso ver cómo Jaén disfruta de sus noches calurosas y las convierte en estampas que llevarte para siempre en el alma. Y por poner una faltica, que ya saben ustedes lo que me gusta a mí poner peros y quejarme, que digo yo que estaría guay llevar estas noches al resto de la ciudad, barrios que no respiran la judería, pero que vibran en arqueología; barrios no céntricos, pero que necesitan este aire fresco para revitalizar, por horario, su hostelería, por ejemplo.

    Ojalá se extiendan las ganas de vivir las noches calurosas de mi Jaén en todas las calles de mi Jaén. Darle publicidad a las cosas a bombo y platillo, porque muchas veces, la mayoría de las veces, ni tan siquiera nos enteramos las personas que habitamos esta ciudad del encanto desconocido. Buscar la forma de crecer sin perder la esencia. Jaén es esa ciudad que siempre grita que le falta algo, y normalmente le falta ambición, no ya porque los y las jiennenses nos cansamos de pegarnos contra un muro, sino también ambición en las administraciones. Quizás, puede que el secreto esté en gritar que Jaén vive todos juntos, ciudadanía y administraciones, empresas públicas y privadas. Seguramente, estoy segura, el secreto de las noches de verano de nuestra ciudad sea recordar a quien proceda que Jaén no se queda desierta todos los veranos en busca de playa, porque no es cierto, y seguramente en este secreto podamos hacer entender que Jaén se puede visitar, que Jaén existe, que tiene mil cosas para ver y disfrutar. Jaén, mi Jaén, nuestra Jaén tiene tantísimo que dar que seguramente lo que ocurre es que no sabemos por dónde empezar.

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